Paso 1: Limpieza
La limpieza facial es el primer paso fundamental para eliminar impurezas, grasa y residuos de maquillaje. Dependiendo del tipo de piel, se recomienda:
- Piel grasa: Limpiadores en gel con ácido salicílico.
- Piel seca: Limpiadores en crema o bálsamos.
- Piel mixta: Espumas ligeras o jabones neutros.
Es ideal limpiar el rostro dos veces al día, en la mañana y en la noche.
Paso 2: Exfoliación
La exfoliación ayuda a remover células muertas y mejorar la textura de la piel.
- Exfoliantes físicos: Contienen microgránulos y son ideales para pieles resistentes.
- Exfoliantes químicos: Como el ácido glicólico o láctico, perfectos para pieles sensibles.
Se recomienda exfoliar la piel 1-3 veces por semana, según el tipo de piel.
Paso 3: Tónico Facial
El tónico equilibra el pH de la piel y prepara el rostro para los siguientes pasos.
- Tónicos hidratantes: Ideales para piel seca.
- Tónicos astringentes: Para piel grasa con tendencia al acné.
- Tónicos calmantes: Con ingredientes como agua de rosas o hamamelis para pieles sensibles.
Paso 4: Sérum
Los sérums contienen ingredientes activos altamente concentrados que tratan problemas específicos.
- Vitamina C: Ilumina y combate manchas.
- Ácido hialurónico: Hidrata en profundidad.
- Niacinamida: Controla la grasa y reduce rojeces.
Se aplica después del tónico y antes de la hidratación.
Paso 5: Hidratación
La crema hidratante es esencial para mantener la barrera protectora de la piel.
- Piel grasa: Geles hidratantes con acabado mate.
- Piel seca: Cremas más densas con ingredientes como ceramidas.
- Piel mixta: Fórmulas ligeras pero nutritivas.
Paso 6: Protección Solar
El protector solar es imprescindible para prevenir el envejecimiento prematuro y las manchas. Se recomienda un SPF 30 o superior, aplicando cada 2-3 horas si se está expuesto al sol.
Una rutina de skincare bien estructurada garantiza una piel saludable y luminosa. Adaptar los productos a tu tipo de piel marcará la diferencia a largo plazo.